El pueblo salmantino que se va a decorar con grandes esferas de ganchillo esta Navidad
El Consistorio ha encomendado a un grupo de creativas mujeres confeccionar decenas de bolas para ornamentar la localidad.
Este año la Navidad de Fuentes de Oñoro cuenta con la destreza de siete mujeres de la localidad a las que el Ayuntamiento ha encomendado la misión de confeccionar grandes bolas de ganchillo para ornamentar el municipio. Todo empezó a raíz de que Begoña Marcos, una de las integrantes de este ocioso grupo, se uniera a Ascol. «Mi hija tuvo leucemia, y me metí en la asociación a hacer cosillas de ganchillo, que se vendían con fines solidarios para luchar contra esta enfermedad», explica Begoña.
Así fue como estas mujeres se unieron a esta afición que puede salvar vidas a través de la venta de la web de Ascol. Estos años de experiencia les han servido para aportar un granito de arena en la animación navideña de las calles de Fuentes de Oñoro. «No hay nadie en el pueblo que tenga ahora mismo tantas bolas en su casa», bromea Begoña. Tienen entre 16 y 20 centímetros de diámetro, y están cuidadas al mínimo detalle. «Ya tenemos 18, pero habrá alguna más», señala.
El ganchillo demuestra una vez más así su versatilidad. Begoña siempre ha sido una amante del ganchillo, «mucho antes de colaborar con Ascol; es algo que siempre me ha gustado», reconoce. El año pasado elaboraron un gran árbol a ganchillo, y en otras ocasiones confeccionaron muñecos para colgar por el pueblo, además de preparar otros complementos como paquetes y regalos.
Como es natural, la labor de Begoña con Ascol no cesa. Siempre encuentra tiempo para ello. «Y si necesito ayuda, sé que ellas siempre están; solo tengo que decirlo». Esta buena causa se ha convertido en una pieza fundamental de la vida de Begoña, que dedica siempre una gran cantidad de horas al ganchillo, prácticamente todo su tiempo libre. «Hay veces que, si no tengo nada que hacer, me pongo a mediodía hasta la hora de comer, y después de comer hasta que me acuesto a las 12 de la noche», revela. «Es mucho más que un trabajo a jornada completa», subraya. «Es algo que me gusta, todo sea dicho».
Compaginarlo no le resulta difícil: «Ya no me da tiempo ni de leer; solo estamos mi marido y yo, tengo 68 años, mientras veo la tele me pongo a ello; yo creo que trabajo más ahora que cuando tenía 40 años», apunta. Y es que, también los fines de semana se dedica al ganchillo, ya que la leucemia no coge días de descanso.
Calcular el tiempo que emplean estas mujeres en elaborar estas colosales bolas, resulta complicado. «Te pones a ratos, lo dejas, sigues…», pero calcula que se tarda alrededor de 24 horas en hacer cada una de ellas. Comenzaron a hacerlas a principios de noviembre. Isabel, Fili, Begoña, Rosa, Mari y Montse, además de otra Mari, trabajan desde sus hogares y se reúnen una vez a la semana para poner en común los avances y coger los materiales que el Consistorio les facilita.
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